En un primer momento, parece que la respuesta a esta pregunta es obvia, sin embargo, yo no me atrevería a calificarla de sencilla, sino que implica algunos matices que complican la cuestión. Seguramente, todos estamos de acuerdo en que el fin primordial de esta profesión no es otro que informar a la sociedad a cerca de todo lo que ocurre en ella, puesto que, gracias a el periodismo, es posible saber algo de lo que sucedió en el pasado, a la vez que registra el presente y esboza el futuro.
Su misión es de vital importancia, sobre todo, en la actualidad debido al vertiginoso desarrollo de los medios de comunicación que permiten transmitir noticias desde cualquier parte del mundo en un instante. Por este motivo, hoy más que nunca, los periodistas tienen que ser conscientes de que todo aquello que comunican va a ser asimilado por la mayor parte de la población. A partir de las informaciones que ellos divulgan, el público, se va a hacer sus propias representaciones mentales de los acontecimientos y situaciones que se puedan dar allá donde el ciudadano de a pie no alcanza a conocer. Es decir, los espectadores y los oyentes van a formar su propio juicio basándose en las palabras del periodista. Esto significa que se debe tener mucho cuidado con qué, cómo, cuándo y dónde se relata algo, puesto que su voces pueden llegar a tener repercusiones mundiales.
El periodismo se ha llegado a considerar como un poder de magnitud similar al de la política y la economía. Hasta tal punto es así, que estas dos últimas, en algunas ocasiones, se han de plegar a lo que ha sido denominado "el cuarto poder".
Por este motivo, es necesario mantener una ética profesional que mantenga los principios originales para los que fue concebida esta fascinante labor y no caer en el recurso fácil del rumor infundado y del cotilleo más burdo. Ha de actuar con el propósito de no afectar negativamente el curso natural de los acontecimientos que narra. Los que deseamos trabajar algún día en esto, no podemos permitir que se convierta en una forma aparentemente transparente de escalar posiciones en la sociedad, de manipular situaciones y de alcanzar fines no siempre benéficos para la colectividad.
Uno de los peores errores que un periodista puede cometer, es faltar a la verdad porque, antes o después, todo acaba saliendo a la luz y el que pierde la credibilidad en este trabajo está condenado hasta el fin de sus días. En muchas ocasiones, la gente tiende a asociar ciertos adjetivos que jamás deberían acompañar al término periodista.
Porque, es muy triste que hoy en día se conozcan más los nombres de los personajes que se hacen llamar periodistas que de aquellos verdaderos profesionales que, incluso, se juegan la vida por sacar adelante un buen reportaje. Por eso, todos aquellos que realmente soñamos con ser un gran profesional de la comunicación algún día no muy lejano, tenemos que luchar para acabar con estos tópicos antes de que sea demasiado tarde.