Algo pasa con el periodismo

Hace unos días leí un artículo en el que se hacía referencia a un nuevo proyecto desarrollado por dos profesores de la universidad de Northwest, Illinois. El programa, llamado Status Monkey, actualmente en pruebas, está basado en la creación de unos robots con inteligencia artificial. Su objetivo es que dichos robots sean capaces de escribir artículos siguiendo las pautas del redactor jefe. Por ejemplo, una crónica de un partido entre dos equipos de la NBA, venía ya firmada por The Machine. Además, gracias a su disposición para rastrear todos los datos, podrá ser aplicado a cualquier rama del periodismo y se le pretende especializar en el seguimiento de la actualidad.

A este asombroso y, a la vez, espeluznante descubrimiento se le suma el hecho de que se está generalizando un deterioro de la buena práctica del profesional, tanto por parte de los protagonistas de la información como de los propios periodistas. Debido a que, los primeros, abusan de su poder institucional para convocar ruedas de prensa en las que prohíben a los periodistas formular preguntas y, cuando las permiten, se impide a la repregunta o se limita excesivamente el tiempo para formularlas, quiénes y el número de las mismas. Desde el punto de vista del periodista profesional, hay que admitir que, en muchas ocasiones, se asumen sin sentido crítico las notas oficiales que envían las instituciones tanto públicas como privadas.


Ante circunstancias como estas, el periodista no debe permanecer pasivo sino que tendría que reivindicarse y demostrar al mundo cuál es su cometido. Puesto que, no considero que el trabajo de un periodista pueda ser sustituido por simples máquinas con inteligencia artificial o que tengan que mantener el papel de simple mensajero entre los organismos oficiales y el público.

Un verdadero profesional debe marcar la diferencia, tiene que buscar las noticias por sí mismo y no esperar a que los gabinetes de información les envíen sus comunicados, ya que no buscan otra cosa que sus propios intereses. Se trata de andar a la caza de fuentes que contrasten y verifiquen la versión de esas informaciones oficiales, pues no son más que una cara de la moneda, y la misión del periodista no es otra que buscar la máxima objetividad. Para que el público pueda sacar sus propias conclusiones, no sesgadas, es necesario hacer una descripción de los hechos y sucesos lo más cercana a la realidad posible, lo cual no se consigue repitiendo aquello que una parte interesada nos quiera contar.


En definitiva, las instituciones no pueden ser quienes decidan qué se publica o no en lugar de los periodistas. Como decía Stevenson, “Un periodista tendría que pedir a los que se encuentran en posiciones de poder que explicaran sus acciones, planteándoles preguntas difíciles y críticas.”


1 Response to "Algo pasa con el periodismo"

  1. Ele says:
    25 de abril de 2010, 11:57

    Buuuf, no sé yo si una máquina va a ser capaz de sustituir a la figura del periodista pero, de lo que no cabe duda es de que esto ya es un paso hacia ello.
    Ya podían usar la tecnología para otras cosillas, ¿no?
    Un beso!

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